Actualmente en nuestro mundo globalizado e inflado de ideas, pensamientos, críticas y debates, el Arte es un contrapunto “olvidado” por todos aquellos que participan de él. Por un lado existe el mercado del arte que juega a su antojo y conveniencia con obras y artistas. Por otro lado está el espectador que debido a este juego titiritero queda en duda y perplejo en muchas ocasiones. En medio queda el artista, en ocasiones incomprendido y decepcionado por el espectáculo sociocultural, y su obra, lenguaje y grito codificado hecho materia en medio del vacío que nos envuelve.
Hablemos del arte, de aquel que hacemos los artistas, hablemos de Pintura, de aquella que se muestra incomprensible para muchos y para tantos. Hablemos de la pintura – pintura y del hecho creativo, del mundo del que crea. Es este hecho, esta acción, la de la pintura misma, una conjugación de dos conceptos que en principio parecen contrarios pero que no podría ser el uno sin el otro. La base fundamental del mundo del arte, del mundo de la pintura, es la dicotomía formada por estos dos conceptos básicos y que este proyecto trata de forma conceptual.
INMA FIERRO

PSICOFYSIS: El cuerpo de la Pintura. El prefijo psico en su definición procede de la cosmovisión de la antigua Grecia, que designaba la fuerza vital de un individuo, unida a su cuerpo en vida y desligada de éste tras su muerte. Lo que actualmente conocemos como "alma". Pero también designa o viene a significar "actividad mental", pensamiento. Fysis, que en su origen viene a designarse como "naturaleza", viene a denominar la materia y lo tangible de lo que está hecho un elemento, la cosa, la Esencia física.

Así, el proyecto PSICOFYSYS muestra la Pintura tal como es, pensamiento y emoción individual materializado. Un pensamiento y una emoción realizados a través de unos materiales y de una forma específica. Un pensamiento y una emoción canalizados y conjugados a través del hecho creativo, de la danza pictórica y la lucha de dar forma a la propia psique. El objetivo real de este proyecto parte de una experiencia individual hacia una experiencia colectiva. Es decir, el artista pretende envolver al espectador de su pintura para que comparta la inquietud y la grandiosidad del mundo de la pintura. Gracias al espacio íntimo de Sala LAi esta idea es posible. Nos encontramos en una sala abierta desde un punto de vista particular: una ventana. La ventana que muestra un espacio tridimensional (la propia sala) presentada desde un plano bidimensional (el cristal). Una obra pictórica es una ventana a diferentes mundos. Nuestra obra recubre la tridimensionalidad de la propia sala envolviendo todas sus superficies (suelo, techo y pared), pero se muestra a través de su bidimensionalidad a través de la ventana de LAi.

Una pintura plana, llena de mancha, gestualidad y drapeada, rompe el tópico de la bidimensionalidad y en ella existe la perspectiva visual, cubre de cabeza a los pies al propio espectador. Dicha pintura habla desde su realización del acto creativo, de manera que conjuga tres telas diferentes cosidas y remendadas por la propia artista. Una enorme obra de 193 x 989 cm con la que se pretende mostrar la honda conexión que existe entre el artista y el arte, entre el artífice y el objeto creado, que desde los inicios es tratado con delicadeza y cariño personal, realizado a conciencia, aquella que la propia pintura también nos crea.

Los colores que se presentan: negros, ocres, anaranjados y algunos rojos representan el cuerpo mismo de ese baile creativo y esa lucha metódica que invade todo el espacio, como ese grito que se exhala al viento, que vuela al vacío del mundo.

REGISTRO ARTÍSTICO
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